KD (knee dislocation) I: un ligamento cruzado y un ligamento lateral.
KD II: ambos cruzados y ningún ligamento lateral (infrecuente).
KD III: ambos cruzados y el LLI o el LLE:
KD IIIM: lesión del LLI.
KD IIIL: lesión del LLE.
KD IV: fractura-luxación de rodilla
Asistencia en urgencias
CaracterÃsticas clÃnicas
Se obtiene una anamnesis detallada de la lesión.
¿Ha notado o ha visto la rodilla descolocada en algún momento?
Se pregunta por la rótula. Muchos pacientes creen que han sufrido una luxación de rodilla cuando en realidad se trata de una luxación femororrotuliana.
Se examina la rodilla, con atención especial a la estabilidad ligamentosa y a cualquier alteración vasculonerviosa distal.
CaracterÃsticas radiográficas
RadiografÃas AP y lateral de rodilla: pueden mostrar una luxación, pero suelen ser sorprendentemente normales.
Reducción cerrada
Si se observa una deformidad evidente, debe reducirse de inmediato con sedación. Se aplica tracción longitudinal delicada pero firme con presión sobre la tibia proximal desplazada hasta que se reduce la rodilla con una «sacudida». Hay que aprovechar este momento para valorar la integridad ligamentosa de la rodilla. Con escasa frecuencia, la luxación es irreducible porque el cóndilo queda atrapado en un «ojal» de la cápsula y es necesaria una exploración quirúrgica.
Las luxaciones de rodilla se estabilizan por lo general mediante tratamiento quirúrgico con reparación primaria (con o sin refuerzo con injerto) de los ligamentos laterales/APE y reconstrucción de los ligamentos cruzados. Los plazos de tratamiento quirúrgico dependen de circunstancias individuales del paciente y de la preferencia del traumatólogo.
El tratamiento quirúrgico urgente es necesario en heridas contaminadas o por isquemia crÃtica. Puede ser necesaria una estabilización provisional con un fijador externo transarticular antes de la reparación o de la derivación vascular, o si las partes blandas están muy dañadas. Sin embargo, se asocia a una tasa de rigidez alta, y si es factible, es mejor la reparación temprana de los ligamentos laterales y una movilización temprana.
KD I: LCA + LLI: el LLI cicatriza espontánea‑ mente en 6-8 semanas, por lo que se convierte en una lesión aislada del LCA, que puede tratarse de manera programada mediante reconstrucción artroscópica. El paciente uti‑ liza una rodillera articulada y empieza pronto los ejercicios de arco de movilidad de la rodilla.
KD II y III: rotura de ambos cruzados: es más apropiado el tratamiento quirúrgico abierto en menos de 2 semanas. Se usa aloinjerto para el LCP, con frecuencia aloinjerto de tendón de Aquiles. El LCA puede reconstruirse con autoinjerto de isquiotibiales o de tendón rotuliano. En KD IIIM, se hace una sola incisión en la lÃnea media y el LLI se repara, se avanza o se reinserta con arpones. En las luxaciones KD IIIL, se hace una incisión en la lÃnea media para reconstruir los ligamentos cruzados y otra incisión posteroexterna para exponer el LLE/APE. La anatomÃa puede estar muy distorsionada, y es necesario identificar y proteger con cuidado el nervio ciático poplÃteo externo.
KD IV: fractura-luxación: el tratamiento de estas lesiones es difÃcil. Las radiografÃas simples, la TC de la lesión ósea y la RM de la lesión de partes blandas pueden facilitar la planificación preoperatoria. El tratamiento quirúrgico tiene como objetivo conseguir la reducción y la fijación de la fractura, la valoración intraoperatoria de la estabilidad de la rodilla y la consiguiente reconstrucción ligamentosa según sea necesario.
La lesión de un solo ligamento de la rodilla es mucho más frecuente que la luxación completa de rodilla y suele estar causada por un golpe en la rodilla o una caÃda con giro al hacer deporte. Las roturas pueden ser parciales o completas.
Clasificación
Las lesiones ligamentosas de la rodilla se clasifican según el grado de laxitud y de inestabilidad. Hay varias clasificaciones parecidas; aquà presentamos las más utilizadas.
Ligamentos laterales interno y externo: las clasificaciones de las lesiones están basadas en la estabilidad de la rodilla en valgo (LLI) y en varo (LLE), valoradas a 30° y en extensión completa
Grado 1: dolor a la palpación sobre el ligamento pero sin laxitud al aplicar tensión, lo que indica una lesión parcial.
Grado 2: laxitud anormal al aplicar tensión en varo/valgo con la rodilla a 30° de flexión, que indica rotura ligamentosa. Sin embargo, la rodilla es estable en extensión, lo que indica que otros estabilizadores de la rodilla (como los ligamentos cruzados y la cápsula posterior) están indemnes.
Grado 3: laxitud anormal al aplicar tensión en varo/valgo tanto en extensión como a 30° de flexión. Esto indica por lo general una lesión más extensa de otros estabilizadores.
La rotura del LCA se produce por lo general por un mecanismo de torsión con la rodilla apoyada, como al resbalar o pivotar sobre la pierna apoyada. Es frecuente que el paciente note un «chasquido» con dolor intenso, seguido de la aparición rápida de tumefacción notable. La tumefacción es máxima a las 4 horas y está causada por hemartrosis.
La lesión aislada del LLE es poco frecuente y está causada por una fuerza en varo sobre la rodilla, y puede asociarse a lesión del nervio ciático poplÃteo externo. La lesión aislada del LCP es muy poco frecuente, pero puede estar causada por un golpe directo en la cara anterior de la tibia.
Las lesiones ligamentosas aisladas no suelen precisar inmovilización, pero los pacientes pueden estar más cómodos con un inmovilizador de rodilla en extensión y muletas.
Seguimiento en consulta
Los pacientes con lesiones ligamentosas aisladas deben volver a revisión a la consulta de traumatologÃa a los 7-14 dÃas para permitir que baje la tumefacción.
Tratamiento
Ligamento lateral interno
Casi todas las lesiones grado 1 y 2 cicatrizan en 6-8 semanas sin necesidad de intervención. No es necesaria una rodillera y los pacientes pueden ser enviados directamente a un programa de fisioterapia supervisada. Las lesiones grado 3 deben hacer sospechar otras lesiones ligamentosas y precisan reevaluación para descartar inestabilidad al recuperar la función.
El LCA no tiene capacidad de cicatrización. Las roturas del LCA afectan a menudo a deportistas jóvenes que permanecen sintomáticos sin tratamiento. Hay que explicarles los riesgos y las ventajas de una reconstrucción del LCA. Los plazos de tratamiento quirúrgico son importantes porque la incidencia de roturas secundarias del menisco interno aumenta si el tratamiento quirúrgico se retrasa más de 6 meses. Un programa inicial de fisioterapia permite recuperar un arco de movilidad normal antes de la intervención quirúrgica, y los ejercicios de «pre‑ habilitación» pueden acelerar la recuperación postoperatoria. Si el paciente es sedentario, o mayor de 35 años, tiene más probabilidad de estar asintomático a pesar de la ausencia de LCA, y el tratamiento quirúrgico es necesario con menos frecuencia. En los pacientes en los que se ha decidido el tratamiento quirúrgico y en los que la exploración clÃnica es dudosa, la RM preoperatoria puede ayudar a confirmar el diagnóstico y a descartar otras lesiones, como una rotura meniscal.
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